Podrá nublarse el sol eternamente.
Podrá secarse el mar en un instante

pero el día que yo tenga mis dientes
no habrá quien de la mesa me levante.
Podré perder la cordura y la razón,
dejarme sin honores y sin gloria,
quitarme el nombre y hasta el don,
o cambiarme a mi mismo por un clon,
pero me habréis dejado la memoria.
Me pondréis cadenas y grilletes,
o me cubrirá la muerte de fúnebre crespón,
pero antes he de comerme seis filetes,
un cuarto de cordero de destete
y una fuente de lonchas de jamón.
EL TROVADOR IMPERTINENTE
1 comentario:
Tranquilo, ya falta menos, de momento nos conformamos con unos pasteles, que para eso es tu cumpleaños.
¡¡¡Muchas felicidades hermano!!!
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