Yo no soy partidario del Fast Food,
pero ayer he pasado por el aro,y lo hice, lo diré, con inquietud,
pues, entre tanta juventud,
la verdad, me sentí raro.
Decidí pedirme una hamburguesa,
igual a la enmarcada en una foto.
Se veía apetitosa, y era gruesa.
No dudé que fuera cierta la promesa
y me daba igual si era ternera o era choto.
Pero fue escandalosa mi sorpresa;
comparada con la otra del cartel,
la que tenía yo sobre la mesa.
Estafado fui, de forma aviesa.
¿Por qué nos timan de forma tan cruel?.
MORALEJA:
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No caeré, ni por lo más remoto,
de nuevo, en semejantes tentaciones.
Los sitios que no dan lo que proponen,
a mi ya no me venden más la moto
¡Ya está bien de tocarme los quijones!.
EL TROVADOR IMPERTINENTE
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