Me siento comprensivo e indulgente
con el hombre de Lazcano, un tal Emílio
que, embriagado de rencor y bien caliente,
dejó de ser paciente,
al ver cómo quedó su domicílio.
Queriéndo devolver a los matones
un poco de su própia medicina,
olvidó argumentos y razones
y, con toda la rábia, a borbotónes,
ni hace selección ni discrimina.
Rompe con el mazo cristales y vitrinas,
sillas, mesas y sillones
y no se anda con pamplínas;
la maza hace sus funciones,
hasta dejar la taberna ¡cosa fina!.
¡Emílio...!, ¡Ole tus cojones!.
MORALEJA:
Del "Alcalde de Zalamea",
os dejo esta frase corta
que es moraleja, sin más:
= Errar en menos, no importa
quién acertó en lo demás =
2 comentarios:
-Pues yo también estoy con Emilio, que ha tenido los cojones de hacer lo que nadie hacía y todos deseaban.
Plas,plas,plas,plas.
-¡Joder! que se me ha ido la pinza, Luis, has hecho una coplilla tan certera y tan actual como siempre, estupenda, me ha gustado mucho.PLAS,PLAS,PLAS,PLAS,PLAS,PLAS.
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