¿LECCIONES DE SEXO?...PERO, ¡SI SABEN LATÍN!

Dicen que, a los de once años,
les darán clases de sexo.
Antaño maricastaño,
nada de esto nos fué extraño,
sin darnos lecciones de eso.

Cualquier chaval, el más "lelo",
supo que, cuando un borrico,
con un rebuzno, se "armaba",
si venteaba burra en celo,
le iba a hacer el "trico-trico".

Y, la primera lección,
vino como viene el hambre,
mordiéndo con desazón
el placer bajo el calzón
con los primeros calambres.

Y, cojos de la entrepierna,
con los ojos bien abiertos,
por si una chavala tierna
enseñaba su caverna
y, de flauta, había concierto.

Más urgencia que recreo
pedía el primer placer
pues la prisa, en el meneo,
hacía al instinto reo
y, a la mano, obedecer.


MORALEJA:

Tanto educar en el sexo
y, cuando den al chaval
la lección de dar un beso,
ya habrá comido algún "queso"
y habrá entrado en el "ojal".