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Un año más que se va a la papelera,
otro año que cargo a mis espaldas,
un paso más camino a la sordera
y en un click estás criando malvas.
Pasa el tiempo y apenas si te enteras
y es que ahora, a mi edad, un año
son dos tardes lo que tarda
y te quedan menos polvos por echar
de la polvera.
Es tremendo mirarse en el espejo
y ver multiplicarse las arrugas
y que aquello que ves es el reflejo
de que estás envejeciendo y si madrugas
tienes tiempo de ver
que aquello que fue piel solo es pellejo,
mientras caen dos lagrimones que te enjugas
y escuchas una voz que te dice: ¡eres un viejo!.
Ves pelos salir donde no hubo,
lo mismo en la nariz que en las orejas;
a veces, en un rato, lleno un cubo
y si, dicho así, parece que presumo,
ya os digo que no cuento el de las cejas.
Hace poco quedéme muy perplejo,
una mosca en el techo me distrajo;
mátala, (dándome a mi mismo ese consejo),
tal hizo que viera mi brazo por debajo
y que ahí me había salido otro colgajo,
pero no os preocupéis, que no me quejo.
Desde entonces, estas taras no me aflijen;
no soy yo, joder, quien las elijo,
son ellas las que mandan, las que eligen
y, por favor, ustedes no se fijen
por que a mí, de verdad, me importa un pijo
y ni siquiera sé por qué os lo dije.
¡Ya de te digo!, al final... lo dijo.
EL TROVADOR IMPERTINENTE
1 comentario:
¡Cuando las barbas de tu vecino veas...!
-Pués gracias por estas pistas, que contadas con tanta gracia parece que duelen menos, jajaja, no dudo que salen pelos donde no hubo pero eso no es lo importante, lo importante es sentirse joven, aunque con mucho más esfuerzo y es mejor hacerse viejo pronto si quieres ser viejo mucho tiempo.
-Un estupendo per-verso, "Viejo hermano"
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