los chamuscados siempre eran los mismos,
pero las llamas, sin control, arrasan
y deja otros quemados cuando pasan:
Son los ricos de más de ocho guarismos.
No llegan todavía a la indigencia,
ni matan la hambruna en comedores,
aunque tengan en Cáritas presencia,
con las limosnas que acallan sus conciencias,
pero acusan, del fuego, sus calores.
Sucede que una rica baronesa,
de noble Thyssen, del común Tita Cervera,
dice que no tiene liquidez, (yo digo "tiesa"),
subasta un cuadro en una sala inglesa
para llenar, como todos, su nevera (*).
Ya sabemos que es de tontos el consuelo
de hablar del mal de una rica señora,
pero el caso a mi me viene al pelo,
con esto se hace más dulce mi duelo,
pues ya se que los ricos también lloran.
EL TROVADOR IMPERTINENTE
(*) El cuadro sale a subasta por 25 millones de euros.
1 comentario:
-Que poco necesita un pobre para ser feliz, es suficiente ver como un rico se deshace de los bienes de su difunto esposo, doblando el valor de lo que costó, también esto demuestra que no se vive de la contemplación y es menester además, un honrado trabajo.
-No se porque será, pero siempre el último per-verso me parece el mejor, es posible que me equivoque pero no me importa, tu sigue así. plas,plas,plas,plas.¡BUENÍSIMO!
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