Dijo una vez Winston Churchill:
-Los hombres que gobiernan parasalvaguardar los intereses de sus
partidos nunca serán respetados
por los tribunales de la historia-.
Adolfo Suarez fue un hombre
de Estado que veló por los in-
tereses de los españoles. Lástima
que no haya podido sentir el
aliento de la calle.
Representó fielmente el espíritu
del diálogo, la generosidad, la
audacia, la valentía, el consenso
y la conciliación.
Me pregunto cual será el dictamen
de la historia sobre los tres últimos
presidentes, pero sospecho que
Adolfo Suarez se ha ido sin saber
que puso el listón muy alto.
Puedo prometer y prometo que
le estaré siempre agradecido por
habernos traído esta democracia
y por dejarnos ejemplo de hones-
tidad, de coraje, de patriotismo
y de decencia.
DESCANSA EN PAZ
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