tan engañosamente descuidada.
Esa camisa siempre remangada
y esa verborrea de profeta.
Muestras tu delgadez de anacoreta
con esa ropa que vistes rebajada,
y te expresas al hablar sin decir nada,
escondido detrás de una careta.
Los rancios discursos progresistas
que lanzas, sin rubor, ante tus fieles
hoy ya huelen un poco a trasnochados.
Reflejan tu pasado comunista,
y no debe extrañarte que no cuelen;
conmigo, desde luego, no han colado.
El Trovador Impertinente
No hay comentarios:
Publicar un comentario