Aplaudo a todo aquel que hace deporte,cualquiera que sea la estación del año,
no ha de hacernos, con tino, ningún daño
y es para cuerpo y mente gran soporte.
Pero es práctica habitual en el verano
el que se ha dado en llamar juego de palas,
del cual, los más tontos, hacen gala,
justo al borde de la playa muy temprano.
Uno se tumba cómodo en la arena,
expuesto a que te den un pelotazo;
mal menor, pues puedes llevarte un raquetazo,
si caminas por la orilla y no te frenas.
Si, al parecer, las playas son de todos,
no deberian jugar justo en la orilla.
Ayer mismo me llenaron de arena la tortilla
y les zurré, por contestar los dos con malos modos.
EL TROVADOR IMPERTINENTE
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