domingo, 1 de agosto de 2010

CRÓNICAS VERANIEGAS: Leer la prensa al borde de la playa.

EL TROVADOR IMPERTINENTE
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Ayer quise probar el resultado
de llevarme la prensa hasta la playa
(una playa de la costa catalana)
y sólo ví dos bañistas, alejados;
me sentí feliz y afortunado
porque estaba yo sólo... y mi toalla.
Absorto, como estaba, en la lectura,
me olvidé del entorno, por momentos,
pero, siempre, lo bueno, poco dura
y, en menos de una hora, ¡qué locura!,
¡ya tenía, alrededor, más de quinientos!.
El cincuenta por ciento, eran chavales,
con sus cubos, sus palas, sus pelotas,
sin ningún miramiento, sin modales
y, sus provocaciones, eran tales
que tuve que jurar con palabrotas.
Me llenaron de arena hasta las cejas,
periódico y toalla, remojados,
y me fuí, agachadas las orejas,
cagándome en su padre, entre quejas,
jurando no volver, muy cabreado.
MORALEJA:
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Sentarte en la playa, en una silla,
para querer leer tranquilamente,
si, además, te colocas en la orilla,
no es posible, por mucho que Montilla
diga que se está divinamente.

1 comentario:

Pepe dijo...

-¡Que ingenuo! y en la costa Catalana en pleno Agosto, si quieres leer el periódico tranquilo haberte ido a la Isla de Mengotti.
-Bonita descripción sociodemográfica de las playas en Agosto, en particular la que has reseñado.
-Paciencia Luis, tu sigue a lo tuyo.
Ge,ge,ge. plas,plas,plas,plas,plas,plas,plas,plas,plas,plas,plas,plas.

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