
Las carreteras están a reventar,
todo el mundo de abajo para arriba:
los de tierra, se marchan hacia el mar,
los de costa, también quieren escapar;
¡Dios!, es una locura colectiva.
En el coche, ya no cabe un alfiler;
van los papás, los niños, la cuñada,
tres maletas, un baul, un neceser,
las sillas, la sombrilla y un somier,
un jamón, longaniza, sobrasada
y la vieja maquinita de coser.
Y van a toda prisa, enloquecidos,
sintiendose los amos de la pista,
los cuerpos apretados, recocidos;
incluso, a buen seguro, convencidos
de que no hay nadie más en la autopista.
MORALEJA:
-------------
Yo comprendo el derecho a descansar,
(las vacaciones nunca son nocivas)
y tampoco va a ser todo trabajar,
pero no entiendo esas ganas por llegar,
esa prisa febril, ese "ansia viva".
1 comentario:
-Ya ves reminiscencias de la trasumancia, pero seguro que antes se transladaban sin prisas y otros fines, aunque también estacionales.
-Buenísima coplilla descriptiva de las costumbres del verano.
-¡XD...¿Quién dijo crisis?.
-Plas,plas,plas,plas,plas,plas,plas,plas,plas.
Publicar un comentario